la despedida (III)

Me enamoré de una mujer
de faldas azules
y dedos de sal
con una sonrisa
de espera
silente
de quien esconde un secreto
terrible
de esos que devoran
humanidades
destruyen
civilizaciones.

Me enamoré de una mujer
y ahora no sé
qué haré sin ella.

13 comentarios:

MadelCarmen Vargas dijo...

Nunca sabes qué harás sin alguien, hasta que pasa el tiempo y resulta que el mundo siguió su curso, y tu vida también...

o,

decides cambiar 'el rumbo' y corres hacia la felicidad.

Te extraño!!
Besitos...

jorge angel dijo...

esas faldas, azules o grises, raptan corazones en su vuelo, y nunca sabremos qué hacer ante su ausencia.

besos

Rafu dijo...

Las mujeres son simplemente hermosas... como no quererlas, si cada una de ellas guarda un misterior que no te deja dormir.

Amorexia. dijo...

Como vivir sin alguién, pero solo en el instante de la ausencia?
El resto de el tiempo no la extrañas, pero si hay otras mujeres que te atrapan en sus secretos, y luego ya no te es posible existir sin ellas, por que si para ellas no existes, entonces ya no eres, no existes.

Marco dijo...

" como si supiera algo que el resto desconoce y por dentro la ilumina" díce un poema del quijote de san roque (o algo así). Correspondencias.
El poema termina: "y perdón por intentar comprar tu amor con boletos vacíos y corcholatas".
Segunda correspondencia. Esta vez no tuya (mía).
Saludos.

Cardamomo-momificado dijo...

Misterio de las letras, mujer...
Mujer misterio, letras
Letras, mujer y misterio

Sucumbo ante tu poesia
Tu inspiras poesia

Vendre a morirme cada tanto aqui, para poder seguir viviendo.

Abrazos!!!

La Vero Vero dijo...

Las despedidas de alguna forma con antesalas de bienvenidas, eso sin duda. Que lindas letras, yo que a tantas mujeres amo y he amado, aún no sé que hacer sin ellas.

Anónimo dijo...

los dedos de sal y el azul, me recordaron una cancion:
No ha salido el sol
y Ana y Miguel
ya prenden llama.

Ella sobre él,
hombre y mujer
deshacen la cama.

Y el mar que está loco por Ana
prefiere no mirar.
Los celos no perdonan
al agua, ni a las algas, ni a la sal.

Al amanecer
ya está Miguel
sobre su barca.

Dame un beso amor,
y espera quieta
junto a la playa.

Y el mar murmura en su lenguaje:
-¡Maldito pescador!
Despídete de ella,
no quiero compartir su corazón-.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.

Dicen en la aldea
que esa roca blanca es Ana.
Cubierta de sal y de coral
espera en la playa.

No esperes más niña de piedra.
Miguel no va a volver.
El mar le tiene preso
por no querer cederle a una mujer.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.

Incluso hay gente que asegura
que cuando hay tempestad,
las olas las provoca
Miguel luchando a muerte con el mar.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.

Y llorar, y llorar y llorar por él.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y llorar, y llorar, y llorar sobre el mar

NATURALEZA MUERTA, MECANO

ARQUI dijo...

vengo de visita, vía amorexica...
creo que yo aún ando en la búsqueda de ese algo que me permita olvidar a aquella mujer que es mi sueño y que no volvera a ser...
saludos. te leo.

maktub.

la mujer habitada dijo...

Cortesana:
Lo bueno con algunos lugares es que, a diferencia de las personas, están allí, a tu espera, por si decide la vida llevarte a ellos otra vez.

Un abrazo

jorge angel:
Es que no hay falda en el mundo más hipnotizante que la de las aguas de un lago o un mar.

Tenía que ser mujer lemanjá.

Besos azules, no grises

rafael:
Tú lo has dicho. Éste en particular a mí me tuvo insomne varias noches (en especial luego de oír las leyendas locales sobre lo que esconde la Madre de los Lagos).

amorexia:
Lo terrible es cuando no encuentras nada en otros que te distraiga de la imagen que tienes tatuada en las entrañas.

marco:
Hoy busqué y encontré el poema.
Hay correspondencias que me gusta revivir.
Saludos vuelven.

cardamomo:
Ven siempre, que en el jardín nos romperemos y confundiremos los retazos regados de la inexistencia verbal.
Un abrazo deleitado por la capacidad que tenemos algunos de morirnos a veces, y seguir viviendo.

vero:
Además, por tu comentario en mi post de ausencia temporal, intuyo que amamos a una en común..
Hasta luego (y que sea ésta una antesala de bienvenidas)

Un abrazo enorme.

reina de ébano:
Gracias por corresponder, es tan bueno encontrarse en otros o que se encuentren en uno. Nos deja entrever hilos imperceptibles en la telaraña de la humanidad.
Saludos.

arqui:
Bienvenida al jardín. Te estaré visitando también. No estoy segura, pero dicen las malas lenguas que ese algo está dentro.

Saludos

Malasombra dijo...

"la vida de un poema depende de la duración de su carga eléctrica. Me pregunto si los habrá eternos." Vicente Huidobro.

quienquieraquesea dijo...

Vuelve mía mujer desnunda! Vuelve o desaparece!

Yo también amé una vez a la portadora de una falda azul...

Eyra Harbar dijo...

Te dejo un texto de Damaris Calderón, poeta. Gracias por tu visita. Me gustó tu texto...

No te vere morir
Ni tu tampoco a mi.
Perdere los contornos de ese rostro
y la vision esplendida
de tu cuerpo abriendose.

Luego se borrara esta historia
como el rastro de sangre despues del crimen.
Mirame desde ahora
como a la carrona baudelaireana
los restos
donde nadie erigira un tumulo
ni un pequeno monticulo.